viernes, 19 de agosto de 2011
La Comuna Socialista en Venezuela: Ruptura progresiva con el Estado Burgués
La Comuna es la organización del pueblo conciente que construye desde su historia y con una dinámica genuina el socialismo concreto, cuyos prinicipales elementos motorizadores son la transustanciación de la economía y el fortalecimiento de la organización sobre la base de la praxis revolucionaria, recordando aquella máxima del camarada Marx "El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia"1, en una relación dialéctica de lo colectivo y lo individual, sin perder de vista lo local, lo nacional e internacional.
No habrá comuna si no hay cambios estructurales en la propiedad de los medios de producción, en las relaciones de producción, sin la superación de la división social del trabajo que nos clasifica en unos/as que se dedican a pensar y otros/as quehacer manual, aunado a la excesiva especialización, separandonos de la idea de totalidad en el desarrollo de un trabajo; no habrá comuna sin inversión productiva que responda al plan de transición al socialismo.
No habrá comuna sin organización genuina del pueblo, que sostenga todo el desarrollo de la vida social en las comunidades que han resuelto dar el paso cualitativo superior hacia el socialismo; no habrá comuna sin comuneros/as concientes, en proceso continuo de formación en lo político-ideológico, también en proceso de formación técnica para asumir progresivamente el gobierno comunal y la relación con otros niveles de gobierno.
No habrá comuna sin abandonar la práctica de la formulación proyectos para que “bajen los recursos”, sino mas bien el convencimiento de asumir la planificación participativa para definir colectivamente el horizonte a construir, para ello es necesario activar el proceso popular constituyente, donde todo escenario de la vida estará en revisión crítica y generará las necesarias propuestas para trasformar la realidad. ; no habrá comuna sin trascender la noción de familia (nuclear) para concebirnos como comunidad, una unidad orgánica donde no importan los apellidos que nos diferencian porque recuperamos el sentido de la hermandad indígena.
No habrá comuna sin desechar la imposición burocrática, el pretendido traspaso de la racionalidad instrumental, la persistencia del aparato burgués que divide la realidad para abordarla mediante poderes “autonómos”(¿de quién?), luego esos poderes están subdividos a lo interno, orientados y regulados por leyes y normas elaboradas bajo la ética capitalista, que posee una razón que no es la nuestra, lejos del pueblo. Cabe preguntarse, de donde viene este modo de organización de la sociedad? ¿Cómo era la organización social y económica de nuestros/as ancestros/as? Todo, absolutamente todo el modo de producción y por ende de organización social ha sido impuesto, a través de las mas crueles formas de dominación y exterminio de la cultura nuestramericana; antes no existía el Estado, éste surge cuando surge la división de la sociedad en clases2.
El poder ejecutivo por ejemplo, está dividido en Ministerios que teoricamente deben “atender” diversos áreas e individuos; la ciencía y tecnología, el trabajo, la planificación se tratan de manera separada, además la agricultura, la alimentación y el ambiente también son disgregados; la electricidad, el petroleo, las industrias básicas y minerías tienen un ente ministerial cada una; por otra parte, lo social se trata también de manera parcial, tenemos un Ministerio para la mujer, otro para las comunas, consejos de derechos para las niñas, niños y adolescentes, otro para la educación, otro para la educación superior, uno para la cultural y otro para el Turismo....etc...
Esta concepción de división es heredada y asumida sin criticas sustanciales que nos permitan revertir la situación de dispersión y de abordaje parcelado de una realidad que es un todo, lo que a mi juicio es una de las causas estructurales fundamentales que obstaculizan la profundización de la revolución Bolivariana.
Ahora bien y... ¿cómo funcionan?...Los Ministerios fueron diseñados para formular las políticas a través de sus viceministerios y diversas direcciones, tienen además instituciones adscritas que deben “ejecutar las políticas”, lease, fundaciones, institutos y servicios autónomos ( recordemos la división social del trabajo, los que piensan y los que hacen en lo concreto), pero estos también tienen diversas subdivisiones, llamadas gerencias, coordinaciones, unidades, entre otras; cuyo objetivo es realizar las operaciones planificadas, sin embargo, en realidad deben contratar empresas privadas para la ejecución, ya que no tienen (por lo general) el aparato destinado para tal fin. Se supone que en la revolución debería sustituirse la empresa privada por las cooperativas o empresas de propiedad social, pero esto también tiene su legislación burguesa, ¿quienes tienen opción en los procesos de licitaciones? ¿Cómo se registra una empresa de propiedad comunal directa?
Pues veamos detalladamente, todo ese aparataje que se erige por encima de las comunidades, consejos comunales, comunas y ciudadanos/as y que impone racionalidades distintas a las del pueblo, llega otra vez a manos de los privados o de unos pocos, ahora bien, ¿el pueblo organizado tiene la posibilidad de incidir en las políticas de la revolución? El estado burgués no fue instaurado para ello, mas bien para concentrar el poder en los dueños de los medios de producción, es por ello que nuestro camarada Lenin apunta “...La revolución proletaria es imposible sin destruir violentamente la máquina del estado burgués y sin sustituirla por otra nueva que, según las palabras de Engels, “no es ya un Estado en el sentido propio de la palabra3”, de tal forma que, es una tarea de toda revolución socialista desmontar el Estado que oprime al pueblo, en las revoluciones que llegan por la vía armada la abolición es violenta, empero, en aquellas que llegan por la vía llamada democrática, que yo mas bien llamaría, vía antidemocrática burguesa, la destrucción sugiere un proceso legal conjugado con la legimidad.
Marx y Engels en el análisis detallado de la hermosa experiencia que significó la comuna de Paris, atribuyen su mayor merito a la forma como asumieron el poder desde visión de totalidad, superando la clásica división de poderes y partiendo de allí proponen que la comuna debería ser una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo tiempo4.
Pero antes de la comuna de Paris en estas tierras ya vivían en comuna, nuestros abuelos/as indigenas vivían en comunismo (algunos pueblos; otros instalaron también sendos imperios), lo que constituyen experiencias imprescindibles para construir el futuro ejercicio colectivo del poder, en contraposición a la concentración propia del estado burgués heredado. También debemos recordar y retomar, nuestras experiencias históricas africanas, vale decir, la organización del cumbe, quilombo o palenque, cuyos valores, dinámicas y estructura social es elemento principal para la edificación de nuestro socialismo, como decía Fals Borda "el socialismo raizal".Emanciparnos significa entonces, romper progresivamente con la burocracia, con la división clásica de poderes y con la división social del trabajo, retomar la visión de totalidad indigena, asumir como trabajadores/as, comuneros/as un rol protagónico desde las comunidades hasta la vida institucional, abriendo los caminos para incidir en la formulación de políticas, ejecución, control; es imprescindible avanzar en experiencias socioproductivas concretas, en la estructuración interna de la comuna, en la organicidad de los procesos, es necesario generar nuevas relaciones sociales y con ello, una nueva vida, una nueva sociedad, comunal y socialista.
Atenea Jiménez Lemon
Red Nacional de Comuneros y Comuneras
1Ver Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, K. Marx.
2V.I. Lenin. Sobre el Estado, ediciones en lenguas extrangeras, Pekin 1975. pag5.
3 V.I. Lenin, La Revolución Proletaria y el Renegado Kaustsky, editado en Pekin 1972.pág 12.
4 idem
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