miércoles, 4 de mayo de 2011

PASADO Y PRESENTE...

La Memoria Viva de los Pueblos



Autor:
Antonio García

En un mundo donde el poder imperial siempre miente, maquilla y deforma la realidad, el rescate de la memoria es el mejor antídoto que impedirá que los sueños de futuro, en libertad y justicia de los pueblos sean destruidos o negados.

El actuar de ayer, de hoy y de mañana siempre ha de ser coherente. Hoy no se puede estar con el diablo, y sin que cambie nada, mañana estar con Dios.

Cuando todo mundo esperaba que Jimmy Carter pudiese ganar su reelección para la presidencia de los Estados Unidos en 1980, Ronald Reagan se imponía por medio de un acuerdo con los iraníes, para que no aceptaran ningún acuerdo con Carter para la liberación de los rehenes norteamericanos.

Al día siguiente que Reagan asumiera el gobierno, el Ayatolá Jomeini liberó a los rehenes. A cambio fueron liberados varios cientos de prisioneros árabes que estaban en cárceles de Israel, y además dos cargamentos de armas de 500 misiles estadounidenses antitanques TOW fueron entregados a Irán.

Cuando inicia la guerra entre Irak e Irán, Donald Rumsfeld, entonces enviado especial de Reagan llega a Bagdad con una impresionante documentación secreta que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense había recolectado sobre objetivos de interés en territorio iraní, soportados con imágenes satelitales, para que las tropas de Saddam Hussein golpearan con mayor ventaja. También Estados Unidos le entregaba las licencias para que Irak tuviera acceso ilimitado a su arsenal de gérmenes y sustancias químicas, para que fuesen usadas contra los iraníes, todo este trámite aduanero había sido autorizado por Rumsfeld.

Esta guerra de 8 años dejó a ambos países desgastados por las sucias formas de guerras planeadas por los halcones del imperio.

En el 2003, cuando Saddam Hussein se convirtió en objetivo del imperio gringo, sería el mismo Donald Rumsfeld quién lideraría las agresiones contra Irak, la causa central para lanzar la invasión sería la supuesta fabricación de armas de destrucción masiva, como las que ellos mismos le habían entregado a Hussein, para que las usara contra el pueblo iraní. Qué cinismo. Hoy es reconocido por todo el pool de agencias de inteligencia imperiales, como la CIA, el MI6 inglés, el Mossad israelí y el DST francés, que dicha información fue un burdo montaje.

Lo que hoy acontece en el norte de África, sobre todo en Libia, ya había acontecido a finales de la década de 1950, cuando Gamal Abdel Nasser lideró la independencia de Egipto, destronando al rey Faruk I y terminando con la omnipresencia británica en ese país. Cuando Nasser anuncia la nacionalización del Canal del Suez en 1956, la alianza de Inglaterra, Francia e Israel lanzan la invasión militar contra el territorio egipcio. Más de cien mil soldados israelitas penetraron. De ahí en adelante seguirían los recurrentes atentados de estas potencias por asesinar a Nasser, pero sin lograrlo.

Gaddafi, luego de ser aceptado por la mayoría de gobiernos del mundo, y supuestamente en relaciones diplomáticas y económicas normalizadas, resulta ahora volviendo a ser acusado como el más grande de los terroristas. Este es el más craso cinismo y oportunismo de los imperialistas, quienes aprovechando las convulsiones sociales en el área, arman el complot militar para apropiarse de las recursos libios, mientras tratan de colocar un gobierno, que nadie sabe quién podría liderarlo, y que pueda ser maquinado por las ambiciones de las transnacionales.

La intervención militar de la Otan en Libia trata de justificarse diciendo que es para proteger a la “población civil”, cuento que siempre se presta para maquinaciones, pues la única “población civil” que se respeta es la que está de lado de los poderosos, la demás es acusada de ser “terrorista vestida de civil”, así como acontece en Colombia a lo largo de más de 50 años de conflicto, también siempre negado.

Lo más ilustrativo de este cinismo se cayó esta semana, cuando las tropas del ejército de Gaddafi rescataron centenares de personas que debieron ser tratadas como población no combatiente, pero estaban prisioneras y habían sido sometidas a toda clase de torturas, luego que sus viviendas fueron destruidas y saqueadas por las mal llamadas “tropas rebeldes”.

Esa ha sido la gran actuación de los imperios a lo largo de toda la historia, sentirse dioses pero actuando como diablos. La potestad de dioses les da para actuar como diablos. Que distinta visión de Dios tienen los pobres y los pueblos.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

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