¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (3)
JM. Rodríguez
Las experiencias comunales exitosas.
Luego de definir en el artículo 2 lo que son, a mi parecer, las tres patas para caminar al socialismo, trataré ahora de revisar algunas experiencias comunales territoriales de importancia. Hay igualmente experiencias comunales laborales que requiere ser recogidas y sintetizadas: la cogestión en la empresa ALCASA, o la de la empresa La Gaviota, fueron muy importantes. En Pueblo Nuevo de Falcón, voceros y voceras de empresas y de diversas instituciones del Estado presentaron unas líneas estratégicas para la construcción de un modelo de gestión socialista en las fábricas. Tan significativo como esto fue lo de PROFORCA en los municipios del sur de Monagas, y siempre será referencial Monte Carmelo en Sanare. Sin embargo, me limitaré aquí a comentar dos experiencias pioneras de conformación del poder popular desde la vertiente territorial.
La primera de ellas se realizó durante siete años en el municipio Libertador del estado Carabobo, con un alcalde que comprendió (a su manera) la importancia de desarrollar el poder popular. Allí las comunidades estructuraron su municipio en treinta y cinco territorios sociales. Ellos tenían en común: un mismo desarrollo histórico, un alto sentido de pertenencia de parte de sus habitantes, los mismos problemas y un proyecto claro para superarlos. Si bien no estaba planteada la sustitución progresiva de la estructura municipal cuartorepublicana, por un poder directo y autónomo de base, que es lo que se aspira con el desarrollo del poder comunal, estaba presente una alta comprensión de la importancia de la organización y la participación. Las autoridades que vinieron después del alcalde Loreto, siendo también del proceso, crearon nuevos consejos que enfrentaron a las organizaciones anteriores liquidando este avance.
La segunda experiencia, es la que está localizada en la siempre combativa sierra de Falcón. Allí está la Confederación de Consejos Comunales José Leonardo Chirino, esfuerzo colectivo, campesino, bolivariano y revolucionario que se ha venido construyendo en los municipios de la sierra. Su propósito es construir un territorio confederado bajo el control de un gobierno popular, con la vista puesta fijamente en el socialismo y enfrentando los cercos del poder constituido. Allí, a diferencia del caso anterior, no hay autoridades que lo promuevan, por el contrario, ellas se han empeñado en desconocer ese liderazgo colectivo, y como en el caso anterior, han creado nuevas organizaciones que fracturen esta Confederación.
Ese liderazgo que menciono organizó, en mayo del 2009, un evento llamado Encuentro Nacional de Experiencias de Procesos en Construcción de Comunas. Fue un encuentro sorprendente por la claridad conceptual de sus participantes y por el documento producido. El discurso de apertura, a cargo de uno de sus líderes, el camarada Oswaldo “Guacharaco” Miquelena, fue realmente notable, de él tomé notas que quiero reproducir aquí por lo aleccionadoras de ellas: Las Macanillas está en la Sierra, es parte del territorio de los jiraharas. Aquí llegaron luego los españoles. Con sus armas y cruces los sometieron. Luego trajeron encadenados a los africanos. Aquí se dieron las luchas de emancipación de José Leonardo y también las guerrillas de los años sesenta. En ellas nos formamos. Venimos de la organización social para la resistencia, de formar nuestros consejos comunales aún antes de que saliera la Ley. Ahora somos sesenta y cuatro consejos comunales que hemos conformado la Confederación de la Sierra. Estamos impulsando dos proyectos que para nosotros son muy importantes: el Mercado del Trueque y el Acueducto de la Sierra, pero, nuestro objetivo estratégico es conformar un territorio confederado. Para eso tenemos que organizar las comunas y tener un debate permanente, no queremos tener consejos comunales con proyectos reivindicativos. Queremos tener un gobierno comunal.
Las mesas de trabajo que se constituyeron discutieron sobre: la definición de la comuna socialista, la estructura orgánica, el ejercicio del auto-gobierno, el papel de las instituciones públicas, la relación entre comunas, movimientos y partido y, por último sobre comuna y socialismo. De esa intensa discusión tomaré ahora, resumiéndolos, los cinco elementos que, según ellos, definen, de mejor manera, la comuna socialista:
1. Rescate de la memoria, de los valores y la potencialidad colectiva. Tejido de las redes comunitarias y búsqueda de la máxima felicidad posible.
2. Desarrollo del sentido de pertenencia e identificación. Los saberes ancestrales y la relación con la madre tierra. Definición del territorio productivo eliminando la propiedad privada y la diferenciación entre campo y ciudad.
3. Comprensión de la comuna como un espacio de construcción del socialismo, definiendo la nueva ética socialista, difundiendo la organización comunal y formando una nueva espiritualidad deslastrada del capitalismo.
4. Conformación del gobierno para las tareas públicas y prácticas de la comuna, fomento de la democracia participativa y discusión de la división clásica de los poderes.
5. Búsqueda de lo endógeno y lo sustentable de la comuna. Las formas de economía socialista en la cadena productiva (producción, distribución, intercambio, consumo), es decir el trabajo productivo liberador que asegure el consumo interno y la distribución externa de excedentes.
Lamentablemente la fractura provocada desde afuera va avanzando.
El próximo artículo:
4. La plataforma jurídica del poder popular.
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