viernes, 29 de junio de 2012

A PROPOSITO DE CUMBRES (Y DESPEÑADEROS)(3)

                         
                     LA URGENCIA DE UN CAMBIO DE PARADIGMA... ANTE LA CRISIS DE CIVILIZACION
 
Revista Insurrección, Nº 326, Lunes, 25 de Junio

Sí algo quedo claro en la Cumbre de Río+20, que sesiono del 20 al 22 de junio, es la incapacidad de las Naciones Unidas para ponerse de frente a los retos que demanda la sostenibilidad de todas las vidas en el planeta. La Cumbre de Rio era una valiosa oportunidad para hacerlo, pero para la ONU no tuvo esa trascendencia y significado. La esperanza de que esta institución mundial empujara en una dirección de cambios estructurales, que demanda la crisis actual, fue jalonada por los pueblos y los movimientos que apuntan en su lucha a transformaciones, quienes congregados en naumbreternativa, concluyeron con apuestas de futuro para la humanidad. De mucha trascendencia la postura política de los gobiernos democráticos de izquierda grupados en la ALBA quienes posicionaron el tema de los derechos de la naturaleza y proponen cambios en la dirección de los movimientos sociales de la cumbre alternativa.

Quedó en el imaginario que la organización de las Naciones Unidas tiene que reformarse de raíz. Los fundamentos políticos en que se basa el pensamiento oficial de la ONU son una receta ya ensayada, son más de lo mismo de lo ejecutado por siglos por el capitalismo. No hay nada nuevo  que cuestione radicalmente las bases de la civilización actual.

Sin duda, la enorme crisis capitalista, que dejó de ser sólo crisis del sistema, es la oportunidad para avanzar a nuevos modos de vida de la humanidad, es un reto para proseguir en el aliento de construcciones que apunten a un cambio civilizatorio, pues ya es una identidad global el caracterizar que estamos atravesando por una crisis de civilización empujada a profundidad por el capitalismo.

El predominio de una mentalidad egoísta en la ONU, que pretende eternizar los derechos del capital, colocándolos al centro de la dinámica de la sociedad, menospreciando y subordinando otros derechos, en últimas, la gran ceguera de los poderosos empotrada en la cúpula de las instituciones internacionales seguirán imponiendo una agenda donde la sostenibilidad de la vida es reducida a la sostenibilidad del capital. Por ello, otras iniciativas asociadas a otra manera de concebir la vida, en nuestra única nave, son bloqueadas.

La responsabilidad de los pueblos, de la resistencia popular, que reivindica el valor supremo de la vida, que se hace gobierno y movimiento transformador, que se piensa desde otra cosmovisión y cree firmemente en una nueva civilización diferente al modelo suicida que se ha impuesto al mundo, es el camino que debemos proseguir con esta humanidad "que ha echado a andar", rememorando una frase del Che Guevara en su último discurso en las Naciones Unidas. Somos, los que no creemos y no nos resignamos a asumir la extinción de todas las especies como nuestro destino, los que nos toca empujar con la fuerza de la fe en que un nuevo mundo ya está siendo posible.

LOS CAMINOS DE AMERICA LATINA SIEMBRAN UN NUEVO MUNDO


América Latina y el Caribe viene siendo un lugar privilegiado, no el único, para revolucionar los modelos de sociedad y ello es una de nuestras fortalezas a las que no debemos renunciar. Ecuador y Bolivia son los únicos pueblos del mundo que consagran los derechos de la naturaleza, los derechos a su existencia en armonía con los derechos de los humanos. Esto es un rompimiento radical con el sometimiento y explotación de la naturaleza, para extraer de ella los mayores beneficios para los negocios y soportar la acumulación de capital.

Considerar a la naturaleza un ser con derechos a la sostenibilidad de su vida, a reproducirse en sus ciclos vitales, a conservarse, a ser tratada de manera racional y humanizada, a considerarla como un patrimonio de todos, y no de una minoría egoísta e inhumana que la somete a la explotación y destrucción, es un camino que tambiénse expresa en todos los movimientos de resistencias populares que caminan en todo el continente y se oponen a la barbaridad imperial de mercantilizar, aún más, la naturaleza y toda la vida.

Ahora bien. Hay que ser muy conscientes de que no es un camino libre de dificultades y contradicciones, como se viene revelando y expresando en todo el continente en donde se suceden tensiones o contradicciones entre los gobiernos de izquierda y progresistas con el movimiento social.

Un aspecto fundamental de estas contradicciones, en el seno de los países donde hay gobiernos alternativos, es que se dan en un marco de construcción de una nueva lógica de sociedad no neoliberal, en el curso de procesos de cambios sociales y políticos. Y son debates y luchas que RECORREN TODO EL TEJIDO SOCIAL, se reflexiona en lo público porque la política se ha convertido en un ejercicio esencial de todos y todas, de una multitud de sujetos. Es un debate abierto en un contexto de construcción de nación soberana y democrática, que recupera sus recursos estratégicos, antes privatizados.

Esto es un elemento muy esencial a tener en cuenta, pues en medio de las marchas y contramarchas en Bolivia, el gobierno de Evo Morales ha nacionalizado la empresa de energía que estaba en manos de transnacionales españolas y recupera un yacimiento de petróleo que estaba en manos de la empresa canadiense Glencore.

Pero también, esta lucha por los derechos de la naturaleza y el derecho de una vida en armonía de todos los seres vivos, recorre la entrañas de los países donde todavía se expresa la hegemonía del neoliberalismo como el caso de Colombia y México, en los cuales toman vida movimientos populares de resistencia a las políticas de devastación y depredación de la naturaleza, opuestos a locomotoras y políticas de despojo de los bienes comunes, a las privatizaciones y las legislaciones que la favorecen.

Independiente de las tensiones o contradicciones que se dan en el seno de los gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina con el movimiento social, el escenario que se viene proyectando es bastante promisorio y la tendencia debe ser a que se puedan empatar las luchas democratizadoras, de soberanía nacional y de cambios tras los que se aglutinan los movimientos sociales y los gobiernos progresistas y de izquierda

del continente, con la resistencia al despojo del neoliberalismo y la depredación que dan los movimientos sociales en los países con predominio o hegemonía de gobiernos neoliberales para avanzar CONJUNTAMENTE EN LOS PROPOSITOS DE UN NUEVO PARADIGMA DE CIVILIZACION.

Sin duda que, los actuales procesos de luchas sociales y las experiencias de los gobiernos de izquierdas y progresistas, deben seguir siendo laboratorios del nuevo mundo que pueden y deben ayudarnos a crecer colectivamente en saberes.

UN CAMINO DE NUEVO MUNDO CON NUEVOS HECHOS


En esta perspectiva tenemos que señalar tres hechos recientes de mucha importancia. El primero es la apuesta programática que afirma el proceso revolucionario venezolano. El quinto eje de lucha estratégico de la propuesta de gobierno del PSUV postula que “nuestra lucha se inscribe en la lucha mundial por "preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana, que hace necesaria la construcción de un modelo eco-socialista basado en la relación armónica del hombre y la naturaleza desde la idea andina del buen vivir e impulsar un movimiento mundial con ese objetivo".

Un segundo hecho en el veto de la Presidenta Dilma Rouseff a la ley Forestal recientemente aprobada en el parlamento brasilero por ser la continuidad de una economía basada en la destrucción ambiental, la devastación de las selvas y biodiversidad que ha caracterizado el capitalismo de ese país, lo cual es oponerse a uno de los sujetos del poder, de mayor fuerza en la realidad económica de esa nación suramericana. Esto puede conducir a fortalecer los lazos entre el movimiento social y el gobierno de izquierda.

El tercer hecho es que los gobiernos del Alba, fueron una de las voces discordantes en la Cumbre de Rio, quienes lograron posicionar el reconocimiento a los derechos de la naturaleza en la declaración final de la Cumbre, según la fuente informativa de TELESUR el día 20 de junio.

El hecho de hacer énfasis en América Latina, como espacio donde se construyen signos alentadores de una nueva sociedad, no desconoce luchas en la misma búsqueda que se dan en otras partes del mundo por los movimientos sociales y políticos alternativos, que deben entrar el mayores niveles de interactuación, dialogo y luchas globales, porque un cambio de paradigma es y será fruto de una acción global, de una nueva cultura global de humanidad que se vaya encarnando en un sujeto global.

Recalcamos que, sin duda, el principal reto que afronta la humanidad en los tiempos actuales, ante la crisis multidimensional del capitalismo, es la construcción de una nueva civilización a partir de la activa participación de las grandes masas populares.

HACER MÁS ANCHOS Y PROFUNDOS LOS CAMINOS

Desde todos los rincones del planeta debemos avanzar en un movimiento mundial de cambio civilizatorio que involucre una conciencia de humanidad, que condene en todo momento la privatización de los recursos naturales y toda forma de mercantilización de la naturaleza. Proceso continuo y ascendente de denuncia y condena que surja y se desate a partir de una cosmovisión que practique la relación armónica con la naturaleza y la supervivencia de la especie humana, de la concepción del BUEN VIVIR o el socialismo ecológico o del socialismo raizal, orientadas a preservar la vida en el planeta como un asunto de responsabilidad con esta y las futuras generaciones.

Sigue siendo, entonces, un imperativo en las fuerzas sociales y políticas del cambio, en esta perspectiva, desde un movimiento global, seguir colocando como urgencia mundial la defensa de los derechos de la naturaleza y de nuestra especie como ejes centrales de este nuevo camino, en contraposición a los derechos del capital que han orientado desde siglos la sociedad.

Por ello debemos actuar en la "condena de las guerras y la militarización, de las políticas imperiales y la carrera armamentista que se constituyen en agresiones al medio ambiente y a la preservación de la especie humana", tal como lo denuncia el mensaje de la Red en defensa de la humanidad en el texto publicado recientemente con motivo de la Cumbre de Río.

De esta lucha hace parte el trabajar porque se vayan adoptando otros indicadores económicos sociales que tengan en cuenta los impactos ambientales y procuren la mayor suma de felicidad, pues un cambio de paradigma va también ligado a cambios en la producción, el para qué lo hacemos, sobre los criterios del consumo y la distribución, que permita superar cuellos de botellas como la pobreza, la calidad de lo producido para que tenga mayor durabilidad, superar la producción para el máximo beneficio del mercado y los capitalistas, para afincar una cultura distinta a la obsolescencia programada, que prolongue la vida útil de los productos, produciendo el mínimo de desechos.

Y esto tiene que cuestionar y reventar la cultura de la desechabilidad que se ha anidado en la profundidad de la sociedad actual porque vender más y con menor calidad es la clave del capitalismo avariento. Hoy estamos obligados a satisfacer las necesidades humanas con el mínimo impacto y costo ambiental y humano.

Cambios profundos que también deben tocar aspectos de la cultura, la comunicación y la publicidad que promueven el consumismo y que están al servicio de los derechos del capital. Es trabajar por superar la civilización deshumanizada que vivimos que es promotora de una alienación muy grande de los seres humanos.

Debemos por eso de seguir alentando el curso de un movimiento que, por ser alternativo de sociedad tiene que ser profundamente radical, es decir, cuestionar y movilizarnos globalmente, desde todos los territorios, en la confrontación de los resortes o piedras angulares que mueven la sociedad capitalista actual en toda su integralidad, siendo conscientes que es un proceso de transición que durara años y años, que se constituirá en hegemónico porque habremos sabido ganar y conquistar la voluntad de la mayoría de la humanidad.

No dejemos de caminar. Hagamos nuestra la palabra de los indígenas mayas de Chiapas: "Caminemos despacio porque vamos lejos".


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

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