jueves, 2 de febrero de 2012

La lucha de clases y la nueva Ley Orgánica del Trabajo.

La sociedad capitalista se encuentra divida en clases sociales que tienen intereses y necesidades antagónicas, que se evidencian en términos materiales porque mantienen una posición distinta en el proceso productivo, motivado por la propiedad privada de los medios de producción (empresas, fabricas, comercios, tierra y bancos); además, las asimetrías se expresan en las relaciones sociales que se establecen en la producción y organización de la economía.[i] Entonces, en términos particulares, podemos observar las diferencias antagónicas de las clases sociales cuando los sectores dominantes (burgueses y terratenientes) son propietarios de los medios de producción, mientras los trabajadores solo poseen su fuerza de trabajo que le alquilan a los mencionados anteriormente por un salario que se constituye en la forma que obtienen sus ingresos; en cambio la burguesía al controlar los medios de producción se apropia de lo producido por los trabajadores en forma de ganancia y, por último, los burgueses deciden en los centros de trabajo mientras el pueblo trabajador acata las decisiones.


Los antagonismos y las contradicciones existentes entre las clases dominantes y el pueblo trabajador expresadas en el párrafo anterior son invisibilizadas, naturalizadas y sacralizadas por la ideología dominante, que intenta convertir sus intereses particulares en las necesidades de toda la sociedad, a través de la divulgación de sus principios, valores e ideas. En este sentido, para lograr el referido objetivo, emplean los distintos aparatos ideológicos y medios de difusión que controlan mediante la sociedad civil[ii] o el Estado[iii]: instituciones educativas, iglesia, ejército, editoriales, actividades de cohesión social en las empresas, televisión, radio, prensa escrita, internet, cine, entre otros. La idea central de la ideología burguesa plantea que la sociedad actual se organiza de forma “armónica”; por lo tanto, los distintos sectores sociales (empresarios, profesionales, obreros, productores agrarios, estudiantes, clero y políticos) deben desarrollar individualmente sus distintos roles para lograr los objetivos comunes que supuestamente beneficiaran a todos: El progreso, la creación de empleos, la generación de riqueza, el mantenimiento del orden, el ascenso social individual, entre otros. Así, su discurso tiene como horizonte hacernos pensar y creer que las marcadas divisiones políticas y los conflictos sociales en la sociedad capitalista son creados por agentes externos a la lógica “armónica” de la sociedad, que no desean el orden y la paz social.


Sin embargo, la hegemonía cultural e ideológica de las clases dominantes que intenta naturalizar y sacralizar al capitalismo, planteando la supuesta armonía social, no puede esconder en momentos de recrudecimiento de las contradicciones sociales los combates entre las clases que tienen intereses totalmente antagónicos: burgueses y trabajadores. En este sentido, la lucha de clases que acontece de forma cotidiana se revela con mucha claridad en coyunturas políticas concretas, tales como: El debate nacional alrededor de las transformaciones estructurales a la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), que realizará el Presidente de la República Hugo Chávez, mediante la utilización de sus poderes habilitantes y esperemos que desarrollando las propuestas emanadas de los encuentros y las asambleas de trabajadores y trabajadoras del país.


De esta manera, en lo referente al carácter de la nueva Ley Orgánica del Trabajo algunos voceros de la derecha como el sindicalista patronal Froilán Barrios sostienen que el mencionado instrumento jurídico que decretará el Presidente Hugo Chávez, esta totalmente ideologizado y politizado[iv]; buscando deslegitimar la necesarias transformaciones a la ley que regulan las relaciones laborales en el país. Argumento reaccionario que intenta desconocer la relación orgánica entre las leyes y los intereses de las clases dominantes[v]. Por lo tanto, mientras la actual y vigente LOT ¾aprobada en 1997 en el marco del gobierno neoliberal de Rafael Caldera y Teodoro Petkoff¾ expresa en su articulado claramente las necesidades de la burguesía; nosotros consideramos que los cambios estructurales a la LOT con la finalidad de crear las mejores condiciones para la construcción del socialismo, deben lograr una normativa jurídica que mantenga un carácter de clase y desarrolle con amplitud los derechos reivindicativos y políticos de la clase trabajadora.


Igualmente, en lo vinculado con el tema económico-reivindicativo de la LOT, la burguesía tradicional a partir de la vocería de su organización gremial FEDECAMARAS; plantea que la recuperación del cálculo retroactivo de las prestaciones sociales y la reducción de la jornada laboral, incrementaran los “costos” laborales y generaran la perdida de empleos y el cierre de empresas[vi]. Entonces, la burguesía considera que el incremento de los derechos de la clase trabajadora aumentaría los “costos” laborales de sus empresas, situación que reduce sus ganancias algo que van a defender intimidando a las grandes mayorías sociales con la supuesta perdida de empleos y cierre de empresas. El discurso reaccionario de FEDECAMARAS, demuestra como los beneficios económicos obtenidos por la clase trabajadora son directamente proporcionales a la reducción de las ganancias de los burgueses; por lo tanto, los avances que seguiremos conquistando mediante nuestra lucha por una LOT popular y obrerista serán combatidos por la burguesía.


Asimismo, en lo concerniente a los derechos políticos de los trabajadores en la nueva LOT, la derecha intenta engañar al pueblo trabajador argumentando que los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras vienen a remplazar a los sindicatos[vii]; planteamiento que busca deslegitimar la organización y movilización de la clase trabajadora para participar y planificar las actividades en los centros de trabajo públicos y privados. Nosotros debemos continuar afirmando que la nueva Ley Orgánica del Trabajo deberá incluir a los sindicatos como órgano para la defensa de los derechos reivindicativos y a los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras como herramienta orgánica que permitirá a la clase lograr la emancipación mediante el control democrático y popular de las fabricas, empresas, instituciones del Estado, comercios, bancos, entre otros medios de producción.


Los argumentos y contra-argumentos de la burguesía alrededor de la LOT evidencian su carácter reaccionario y la lucha de clases que se desarrolla con bastante claridad en el país. La derecha busca impedir las transformaciones a la referida normativa jurídica que necesitamos los trabajadores y trabajadoras para incrementar nuestros beneficios laborales y, mucho más importante, lograr el control obrero y popular de la economía; sin embargo, con conciencia, organización y movilización la clase y sus destacamentos de cuadros organizados como el Partido Comunista de Venezuela y su Juventud continuaremos divulgando y luchando por una Ley Orgánica del Trabajo de los trabajadores y para los trabajadores.

Omar Vázquez Heredia.



[i] DOS SANTOS, Theotonio. (1973). Concepto de Clases Sociales. Editorial Galerna. Buenos Aires-Argentina. P.53.

[ii] BIGNAMI, Ariel. (2010). GRAMSCI: Pensamiento, conciencia y revolución. Ediciones Luxemburg. Buenos Aires-Argentina. P. 69.

[iii] ALTHUSSER. Louis. (1984). Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Nueva Visión. Buenos Aires-Argentina. P. 28-29.

[iv] Artículo recuperado el 1 de febrero de 2012 en http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=64810

[v] M MARX, Carlos y ENGELS, Federico. (2000). El Manifiesto Comunista. Editorial El Tambor de Amalivaca. Caracas-Venezuela. P. 77.

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