domingo, 17 de octubre de 2010

DOCUMENTOS PARA EL DEBATE (2)

Que tres erres ni ocho cuartos..! (2)

JM. Rodríguez


Las tres patas para caminar al socialismo.


En el artículo anterior expresaba mi convicción sobre que el esfuerzo central de la revolución debe ser el empujar para que el poder popular ocupe los espacios institucionales del Estado venezolano, que es un Estado burgués y no socialista. Ojalá lo hayan leído pues, sobre esa base, paso ahora a tratar de desbrozar ese camino.


En la definición que se ha venido construyendo del Socialismo del siglo XXI se ha intentado sintetizar nuestra herencia cultural, histórica y política: el socialismo indoamericano, la resistencia cimarrona, la gesta independentista y el bolivarianismo; todo ello bajo el análisis del marxismo científico del cual el Comandante-Presidente se declaró seguidor. En síntesis, el socialismo bolivariano que buscamos será: comunal, colectivista, productivo, solidario, justo, democrático, abierto y marxista.


Pero no basta con que se enuncie el carácter socialista de la revolución y que la adjetivemos de la manera como lo hemos hecho, para que este socialismo se haga realidad, de ahí que el Comandante-Presidente visualizará diversas vías para avanzar en ese camino, entre ellas mencionaré dos que tienen para mi vital importancia: crear las bases jurídicas necesarias para darle organicidad al poder popular, y delinear los territorios que les pertenece a aquellas ciudades que por su cohesión política y su capacidad económica, real o potencial, puedan conformarse como ciudades socialistas (la expresión física de las comunas) estableciendo en ellos la propiedad colectiva de los medios de producción, con énfasis en la cuestión agraria.


En la primera vía se ha aprovechado la amplísima mayoría que tenía el PSUV en la Asamblea Nacional y el enorme respaldo popular de Chávez, para avanzar por allí aprobando reformas y leyes que “faciliten” los cambios. En la segunda, la nueva geometría territorial, las dificultades legales han sido más amplias, tiene que ver con la reforma constitucional en la que ya fuimos derrotados (más por nuestras propias torpezas que por la fuerza de la oposición). Pero la revolución no se hace por vía constitucional o legislativa, ellas son una ayuda muy importante, evita la confrontación violenta, mientras la derecha no tenga otra opción. La revolución requiere, para construir el nuevo estado, el estado socialista, organizar y elevar el nivel de conciencia de la gente, pues a las condiciones objetivas hay que colocarle el sujeto para la transición.


La organización y la elevación del nivel de conciencia para lograr que realmente se construyan estos territorios socialistas, es metodológicamente una función del partido, es una tarea de los cuadros del partido, pero el PSUV no es un partido de cuadros, él está hecho para la movilización y lo electoral, y eso lo ha hecho bien. Quienes han venido supliendo esta función, propia de los cuadros políticos, conscientes o empujados, son una parte (no muy numerosa) de los funcionarios de las instituciones del Estado, cosa que seguramente les ha dificultado el accionar tradicional y específico, que es la gestión gubernamental. Siguiendo con los ejemplos toscos: ¿recojo la basura o trabajamos en el desarrollo de la conciencia ciudadana?


Si el análisis es correcto el avance de la revolución venezolana al socialismo se apoyaría en: un gran partido territorial apabullante en las movilizaciones e invencible en lo electoral que mantiene el control sobre las estructuras del Estado, dentro de las reglas de juego de la democracia burguesa y, por otro lado, una maquinaria institucional, en todos los niveles del Estado, conformada por funcionarios, que sin dejar su tarea técnica-administrativa, son cuadros políticos que trabajan en la organización y elevación de la conciencia que facilitará el desmontaje del Estado burgués por parte del poder popular. Esta doble tarea sólo puede hacerse con instituciones que dejan de lado la burocracia y la verticalidad para convertirse en instrumentos de formación y acompañamiento técnico. Para eso tendrían que ser lo más horizontales posibles, abrirse al debate interno, estar en contacto permanente con las bases populares y articularse eficazmente entre si. Esta realidad ahora solo existe en el sitio y momento por donde el Comandante-Presidente va a pasar. Tal cosa hace muy difícil que bases populares y funcionarios trabajen juntos en organizar y formar, recogiendo, además, la basura en todos los lugares.


Sintetizando todo este planteamiento diríamos que las tres patas para el desarrollo y consolidación del poder popular son:

1ª. El partido de masas que asegura la hegemonía electoral

2ª. La maquinaria gubernamental eficaz, conformada por cuadros políticos.

3ª. La definición de las ciudades como territorios socialista.


Un partido así lo tenemos. Estamos lejos de alcanzar la segunda pata: las misiones han hecho la tarea, pero, muy pocos ministerios y tal vez algunas gobernaciones y alcaldías, se han acercado a este ideal. Por último, la definición del territorio socialista, que es la tercera pata, entró en una ambigüedad sorprendente pues es en eso donde mayor resistencia hay de parte de los actores del proceso y donde mayor avance ha logrado la derecha (ya hablaremos de esto).


En nuestra próxima entrega continuaremos con:

3. Las experiencias comunales exitosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario