( Los caminos de la soberanía )
La decisión política del gobierno de Argentina encabezado por la Presidenta Cristina Fernández, por la cual se nacionaliza la empresa YPF filial de la multinacional petrolera Repsol, ha suscitado el fervor y apoyo de una franja mayoritaria de gobiernos latinoamericanos, porque es un primer paso en la dirección de un camino de soberanía energética de este hermano pueblo, que se corresponde plenamente con el camino que vienen recorriendo muchos de los pueblos y gobiernos del continente.
Sin duda alguna, esta patriótica política, es un aliciente que contribuye a los buenos vientos que soplan a favor de la independencia de los pueblos.
Claro también hay quienes lloran y se han lanzado en una desaforada campaña de desprestigio y demonización, para posicionar ante el mundo, que las nacionalizaciones y el rescate de lo público, son políticas “incorrectas que desfavorece a Europa, que perjudica a toda España pero que es mucho más dañina para los intereses de todos los argentinos”, según afirmaciones del presidente Marino Rajoy de España, en declaraciones en la rueda de negocios que se celebró en Colombia el pasado 19 de abril.
Claro es que todos los presidentes y voceros de gobiernos Europeos que participan de esta campaña, se cuidan de no mostrar que la medida afecta a una multinacional que al igual que todas ellas, siempre son las que se han beneficiado del saqueo sistemático a los yacimientos minerales y energéticos de nuestros países en la América latina.
Evitan mostrar que el llanto es de los ricos encarnados en las poderosas compañías transnacionales, en este caso es concreto el llanto de España porque la Repsol es de origen Ibérico y paga por impuestos al gobierno español la suma de 940 millones de dólares. Quieren pasar de agache que su llanto es económico.
Del autoabastecimiento a la importación
La política de las transnacionales en Argentina, no es distinta a las que sufrimos los otros pueblos y las que ofician los gobernantes de los países entregados a sus intereses y coincidentes con los intereses de ellas.
Para entender la decisión política del gobierno argentino, es bueno echar un vistazo, así sea muy rápido, de cómo está la situación petrolera en este país del Cono Sur, para entender el contexto en que se aplica la medida de la nacionalización.
Argentina es un país que tiene petróleo y gozo de una autosuficiencia hasta la década de los 90, lo que le garantizaba el autoabastecimiento hasta hace unos años atrás. Con el nivel de reservas probadas, se hubiera podido proyectar una planificación energética de largo aliento, pero una antinacional política energética, le cambio su carácter, llevándolo a la condición de importador de gas natural y de los derivados del petróleo.
Cómo se dio este transito?
Las políticas petroleras no incentivaron la exploración de nuevas yacimientos para mantener un buen nivel de producción; todo lo contrario, fueron disminuyendo. Lo segundo fue que se desarrollo una política de exportación de las reservas petroleras y gasíferas del país. Se calcula que se exportaron un 50 por ciento de las reservas petroleras y 15 por ciento de las reservas de gas.
Esta política que fue convirtiendo a la Argentina en un país importador, ha sido tan desastrosa que hoy la balanza energética es negativa, pasando de contar con un excedente de 2.041 millones de dólares en el 2010 a presentar en el año 2011 un balance negativo por valor de 2. 931 millones de dólares.
La Repsol es la principal responsable
Es conocido que la multinacional Repsol, se apoderó de la YPF en el año 1.999, adquiriendo el 57 por ciento de sus acciones, cuando el barril de petróleo costaba 20 dólares, es decir, era un petróleo barato. Fue esta época, la de las privatizaciones de los activos del Estado y de aplicación de las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional, pues la YPF era una empresa petrolera pública de Argentina. Y desde el mismo momento que se apropia la Repsol de la producción petrolera hace una política de vaciar todos los pozos descubiertos y además giró todas las utilidades al exterior.
De esa manera no hubo el interés de la Repsol de hacer inversiones en nuevas exploraciones, ni de invertir en el fortalecimiento del aparato productivo del país. La Repsol giró todas las utilidades al exterior haciendo la inversión en otras regiones distintas a la Argentina.
Invirtió en los Estados Unidos, Brasil, México, Caribe y África. Para la Repsol Argentina fue considerada como fuente de ingresos a partir de la explotación intensiva de sus reservas petroleras.
Este comportamiento de Repsol, es la esencia misma de los contratos con las transnacionales, que radica en que no hacen transferencia tecnológica, tienen la libertad de remesas de utilidades, vaciando a los países donde desarrollan operaciones de los recursos y controlan absolutamente todo el proceso de las operaciones, lo que les permite sobrefacturar, hacer evasiones fiscales y manejar a su antojo el negocio.
La Repsol no actuó sola
Pero la Repsol no actuó sola como nunca lo hacen las transnacionales en nuestros países. Logran sus objetivos en virtud de los emparentamientos que establecen con oligarcas criollos, que se identifican más con los expoliadores extranjeros que con la nación y nos ven como parias en nuestro propio territorio.
Esto explica que en semejante fraude y saqueo, participaran capitalistas argentinos entre ellos la familia Eskenazi, quienes ingresaron a la compañía Repsol, controlando el 25 por ciento de las acciones. Dichas acciones fueron adquiridas con el reparto de las utilidades de la empresa. O sea en pocas palabras no aportaron un solo dólar y financiaron la adquisición de las acciones, con fondos provenientes de la empresa.
Y el saqueo sistemático estaba llevando a una crisis sin retorno a las finanzas del Estado argentino, por los grandes subsidios a la producción petrolera y a los combustibles que paraban en las manos de la Repsol, lo que conllevó necesariamente a la nacionalización, medida política que debía haberse tomado mucho antes.
Este camino de rescatar el patrimonio nacional de las garras voraces de las transnacionales, ha sido apoyado por todas las corrientes revolucionarias, todas las voces patrióticas, populares y nacionalistas se han sumado en un respaldo categórico, porque significa romper la dependencia, marchar por los caminos de la transparencia en el manejo y administración de los recursos de la nación, al servicio de todos y no de una minoría. Y este cambio de rumbo en la Argentina es fortalecimiento de la soberanía nacional en un continente que marcha hacia su segunda y definitiva independencia.
Oye, che! Cristina estamos contigo!
RUMBO AL ESTADO COMUNAL
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