Lunes, 31 de Octubre de 2011
Cesar Florez, Revista Insurrección N° 292
La caída del muro de Berlín que se produce en Noviembre de 1989 significó, según los críticos posmodernistas, el fin del “Socialismo Real”
o sea el fin de los regímenes socialistas de Europa del Este y la culminación de la llamada “Guerra Fría”, o lo que se conoció como la competencia y el enfrentamiento bélico de baja intensidad entre el campo capitalista y el socialista.
Para ese entonces los apologistas del capitalismo anunciaron a los cuatro vientos que era el fin de la historia, queriendo decir que con el capitalismo la humanidad había llegado al máximo de su desarrollo; hicieron creer a muchos ingenuos que no había caminos alternativos, que el Socialismo se había hundido, y el sistema triunfante era la solución a todos los males del mundo y que el mercado como la “lámpara mágica de Aladino, proporcionaría desarrollo en todos los países y bienestar general a todos los pueblos.
Desmontada la guerra fría se desarrolla a su máxima expresión la “Guerra de Cuarta Generación”, que desarrolla al máximo la Guerra Mediática, dirigida a captar la mente de los pueblos para que éstos asimilen sus políticas y respalden las guerras de invasión a países con gobiernos que se resisten, a la vez ilegitimar y bloquear cualquier expresión alternativa que se oponga a que el imperialismo mantenga el dominio mundial.
Dentro de la nueva realidad y con el poder mediático fue fácil imponer al mundo el Neoliberalismo, como modelo novedoso del capitalismo, la globalización de la economía y hacer del sistema financiero la locomotora dinamizadora de la economía mundial.
Bastó unos cuántos años para descubrir que el nuevo modelo de capitalismo, era mucho más salvaje y destructivo de la naturaleza, que incrementaba al máximo la rentabilidad, la concentración de la riqueza y el poder en unas pocas personas; mientras que los pueblos se hunden en el hambre, la pobreza y el atraso, en los países pobres a quienes sobre explotan y saquean sus riquezas.
El neoliberalismo condujo a la profunda crisis, la economía mundial actual y de manera directa a los países desarrollados, a más de mil millones de personas que están muriendo de hambre y poniendo el planeta tierra, en riesgo de desaparecer.
El mundo está sufriendo catástrofes climáticas como terremotos, tsunamis, sequias, pestes, hambrunas, producidas por la irresponsabilidad del capitalismo salvaje que destruye la naturaleza con voracidad y pone en peligro la vida en el planeta; los efectos de la crisis económica iniciada con la burbuja especulativa que estalló en los EE.UU. en el 2008, y se extendió a Europa; y sin que se hubiesen podido recuperar de la convalecencia de esta primera crisis, se hunden en una nueva que tiene al sistema capitalista pasando por en el momento más difícil de su historia, con el agravante que hasta la fecha no han encontrado la fórmula para salir de ella, y que en la medida que se prolonga la crisis en el tiempo van surgiendo contradicciones de trascendencia, donde se cuestiona el sistema y el orden mundial actual.
En la crisis inicial los esfuerzos se dirigieron principalmente a salvar el sistema financiero, mediante su recapitalización a base de deudas contraídas por los gobiernos; la segunda crisis se genera por la incapacidad de varios países de pagar las deudas con que salvaron los bancos. Alemania y Francia principales prestamistas de la zona Euro, no tienen la forma de recuperar el dinero, por lo que le están exigiendo a los países deudores que restrinjan el gasto público para que puedan pagar. En esta situación se encuentran Grecia, Portugal, España, Italia, incluso en los mismos EE.UU, con sus economías frenadas, el desempleo y el desmejoramiento de las condiciones sociales de una población en aumento.
El neoliberalismo fracasó y con él, el dogma impuesto de “la libertad de mercado”, la minimización de la presencia del Estado en la economía y la paz. Pues las guerras de las potencias por las materias primas se siguen presentando con más frecuencia, utilizando con intensidad la guerra mediática para justificar con mentiras, como la reciente agresión al pueblo libio, antes a Irak y Afganistán por el gas y el petróleo; y como puede ocurrir con Irán, Siria, Corea del Norte, Venezuela o cualquier otro país con petróleo o la biodiversidad que requieren, La unión Europea y los Estados Unidos, para sus ambiciones económicas.
Como encadenamiento de la misma crisis estructural del capitalismo, emergen las insurrecciones populares en el mundo árabe contra regímenes autoritarios como en Túnez, Marruecos, Egipto y Libia, aun cuando en este último se imponen los intereses de Europa y Estados Unidos por apropiarse de su petróleo.
Surgen los movimientos de indignados europeos y en Estados Unidos, que coge fuerza extendiéndose a varios de los Estados de la Unión, los cuales exigen cambio de los regímenes y reestructuración del sistema financiero.
En Latinoamérica se presentan movimientos de resistencia contra el neoliberalismo en la mayoría de los países, y el surgimiento en Sur América de gobiernos democráticos populares como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador y procesos de integración y complementariedad como el ALBA y UNASUR.
Aunque la Guerra Mediática quiera pintar de rosado lo que es oscuro o gris y ponga fragancias donde todo es carroña, la realidad termina imponiéndose y saliendo a flote la verdad.
RUMBO AL ESTADO COMUNAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario