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viernes, 29 de diciembre de 2017

Reprimen a balazos protesta comunera en Yaracuy

La tarde de este 27 de Diciembre pobladores de la Comunidad de la Virgen, de la Comuna Socialista Máximo Vizcaya vinculada a la Red Nacional de Comuner@s, decidieron trancar vías en protesta por una falta ya de tres meses del gas doméstico, y fueron atacados a balazos por la policía del Estado Yaracuy.

Pobladores de la Comunidad de La Virgen con la respuesta de PDVSA-GAS de hacer cola, se cansan de esperar el gas. Por esa es la razón tenemos 17 detenidos y 2 heridos de bala

29 de Diciembre de 2017. La tarde de este 27 de Diciembre, a unos 6 kilómetros de Chivacoa, pobladores de la Comunidad de la Virgen, decidieron trancar las vías en protesta por una falta ya de tres meses del gas doméstico, y ante ello sin ningún método de disuasión, la policía por órdenes del gobernador Julio León, ataca a balazos el reclamo de toda una comunidad perteneciente a la Comuna Socialista Máximo Vizcaya, tratando la justa demanda como un acto criminal. 

Por esta razón, ancianos, mujeres, niños y hombres, todos campesinos organizados, se defienden con palos y piedras, y por supuesto se desata una cruenta represión que da como terrible resultado decenas de heridos y detenidos, así como casas allanadas sin orden judicial. Los comuneros heridos de bala son Miguel Durán con tiro en el pecho, y Carlos Torrelles en las rodillas, los cuales ya se encuentran fuera de peligro, aunque Miguel aún está bajo observación en el hospital de San Felipe.

Si bien los niños detenidos fueron liberados la misma noche del conflicto, para este momento hay 17 detenidos de los cuales 8 se encuentran heridos de golpes y perdigonazos. Entre las camaradas heridas detenidas son Eglis Torrealba, Imarú Torrealba y Mirian Castillo. De los comuneros detenidos heridos se encuentran Carlos Ríos, Erick Parra, Asdrúbal Parra, Carlos Torrelles y Cirilo Sira. También detenidos están Génesis Valbuena, Moises Peña, Joel Rodríguez, Gelber Vásquez, Jesús Peña, Carlos Peña, Andris Rivas, y Esly Vargas. Hoy aún se espera la presentación en el Circuito Judicial.

Sólido Vizcaya de la Red Nacional de Comuneras y Comuneros y vocero de la Comuna Máximo Vizcaya, nos informó que la Comunidad de la Virgen decidió irse juntos hasta el centro de Distribución de Gas doméstico en Chivacoa, recibiendo como respuesta, “aquí no hay Gas para las comunidades rurales, vayan y cocinen con leña que bastante hay por esos montes”. Frente a esta respuesta y la situación bastante crítica por la falta de alimentos, los comuneros en asamblea deciden trancar las calles buscando soluciones y solo obtienen represión y criminalización de sus exigencias. “Aquí la situación es crítica, el ambiente está caldeado, la tortilla no está volteada, todos somos compatriotas, aquí no hay ningún guarimbero. Y nos parece que la respuesta del gobernador es criminal, cuando no usó métodos de disuasión: ¡exigimos justicia y no amedrantamientos!”.

Ante estos hechos, camaradas de la Comuna Socialista Máximo Vizcaya la cual articula con la Red Nacional de Comuner@s, piden una justa intervención de la Fiscalía y de la Defensoría del Pueblo, exigiendo la libertad inmediata de las y los detenidos, porque EN ESTA COMUNA NO HAY CRIMINALES.

¡¡Libertad para las y los comuneros detenidos!!
¡¡Comuna o Nada!! 

Red Nacional de Comuneras y Comuneros

viernes, 1 de diciembre de 2017

Las dos guerras en Venezuela

Las dos guerras de Venezuela Lunes 27 de noviembre de 2017


Leopoldo Santos Ramírez
Publicado en La Jornada de México

En Venezuela están ocurriendo dos guerras, una económica y la otra política. En ambos campos participan las fuerzas internas de derecha y de la izquierda, pero no solamente ellas, sino, además, fuerzas externas perfectamente ubicadas. La guerra económica es impulsada por la burguesía nativa y las grandes trasnacionales, incluyendo a aliados en el aparato de Estado. Se expresa en una galopante inflación inducida, en las sanciones económicas y comerciales de carácter internacional al Estado venezolano, en el acaparamiento de productos de primera necesidad, pero también en la reducción de la producción de alimentos, lo cual lleva a la pobreza a miles de familias.
Es una guerra en toda la extensión bélica de la palabra: con ataques a la moneda, a los centros de distribución de efectivo, al Internet, con especulación de comestibles y medicinas, lo cual vuelve dramática la existencia para los más vulnerables.
La otra guerra, la política, abarca el campo electoral, pero no solamente, pues incluye a la Asamblea Nacional Constituyente recientemente electa en octubre pasado por más de 8 millones de votantes. Es aquí donde entran todos los actores que tratan de influir en la vida política y social de los venezolanos. En este campo, en condiciones no hegemónicas participan igualmente quienes sostienen la guerra económica, pero con un margen de maniobra disminuido debido a la negativa de la oposición a participar en las elecciones de octubre y de sabotearlas con actos criminales que no parecen tener su correlato en la aplicación estricta del derecho penal venezolano, hasta ahora.
En ambos frentes, el económico y el político, un sujeto social sui géneris ha sido clave para resistir la andanada de golpes a la estructura del Estado y para salvaguardar la cohesión social en medio de la violencia desatada por parte de los extremistas de la oposición antichavista. Este sujeto se constituyó con la creación de los Consejos Comunales, a iniciativa del presidente Chávez. Si bien puede ser cuestionado como un proyecto instrumentado de arriba hacia abajo, su adopción casi inmediata por sectores populares y más adelante por sectores de la clase media lo legitimó.
En términos sencillos, un consejo comunal es un medio de participación ciudadana, un mecanismo de participación popular, cuyo objeto central es que el pueblo ejerza directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos relativos a una determinada comunidad. Está conformado por tres instancias: el banco comunal, una unidad de contraloría social y un órgano ejecutivo con un número variable de voceros. Todos sus integrantes son electos por la asamblea de ciudadanos de la comunidad y en el caso de comunidades indígenas, éstas se organizan según sus costumbres a partir de diez familias. Pero si bien este concepto es fácil de explicar, en la práctica encuentra un obstáculo formidable en las estructuras políticas municipales y estatales que tienen también la función de administrar los presupuestos y proyectos relativos al conjunto de la población.
Vistos desde fuera, parecería que los consejos comunales se encontrarían bloqueados solamente por las autoridades estatales y municipales de la oposición antichavista, pero no es así. Independientemente del partido que administra las demarcaciones, la pugna entre comunas y autoridades municipales y estatales se presenta e intensifica casi por igual. Es decir, y aquí lo interesante del asunto, hay una lucha territorial por el poder entre comunas como organizaciones sociales horizontales y las estructuras tradicionales de la administración del poder como las conocemos los latinoamericanos desde la Colonia. ¿Está allí el nudo que habría que desatar para a su vez liberar las fuerzas sociales que impulsen las transformaciones necesarias a la realidad de América Latina? Parece que los venezolanos están intentando ese camino con aproximadamente 40 mil Consejos Comunales en funcionamiento, con el intento de crear economías alternativas al capitalismo. Regionalmente los consejos muestran desarrollos distintos, así como es la diferencia entre áreas rurales y urbanas, y en los lugares donde tradicionalmente ha dominado la oligarquía nativa. Pero no hay duda de que tanto en lo económico como en lo social los consejos juegan un papel determinante. Tanto así que fueron centrales para impedir que poblaciones enteras agraviadas con la violencia salieran a la calle a enfrentar la provocación de la derecha en octubre. También resultaron eficaces para orientar el voto de los ciudadanos en las pasadas dos elecciones. ¿Cómo desatarán el nudo de la contradicción entre las comunas, en esencia democráticas y populares, y por otra parte las estructuras y demarcaciones políticas tradicionales, por naturaleza excluyentes?
Este es un enigma que solamente la práctica política cotidiana les ayudará a resolver, pero de antemano puede concluirse que, a diferencia de los países donde sus habitantes se han convertido en zombis como en México, Venezuela está viva, remando contra la corriente.